martes, 6 de julio de 2010

El verano es una hamaca junto a la piscina, el olor del cloro, y una tarde lánguida con un libro en la mano. El verano es ver las nubes que corren el cielo y a veces anuncian tormentas, es identificar las constelaciones y sus estrellas en noches que no imponen la prueba del frío. El verano ya no es tiempo de promesas, ni de amores esperados a la vuelta de la esquina ni de tantas cosas que se van a hacer, tanta gente a la que hablar, tantos sitios a los que ir. El verano ya no dilata el tiempo hasta casi suspender su paso. Ahora pasa lánguido, veloz.

1 comentario:

  1. Debe ser generacional, por aquello de la edad, pero no puedo estar más de acuerdo con ese cúmulo de sensaciones que describes......sí, será la edad.......

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