lunes, 5 de agosto de 2013

Mi Boda Bonita

Decoración de bodas

martes, 6 de julio de 2010

El verano es una hamaca junto a la piscina, el olor del cloro, y una tarde lánguida con un libro en la mano. El verano es ver las nubes que corren el cielo y a veces anuncian tormentas, es identificar las constelaciones y sus estrellas en noches que no imponen la prueba del frío. El verano ya no es tiempo de promesas, ni de amores esperados a la vuelta de la esquina ni de tantas cosas que se van a hacer, tanta gente a la que hablar, tantos sitios a los que ir. El verano ya no dilata el tiempo hasta casi suspender su paso. Ahora pasa lánguido, veloz.

viernes, 12 de marzo de 2010

lunes, 16 de noviembre de 2009


- ¿Por qué has hecho el amor conmigo?

Y tu pregunta me atrapa desprevenido, mientras observo tu cuerpo perfilado por la luz del ocaso. Una luz que desvanece los colores y acerca la habitación a los grises, los blancos y los negros. Estirado sobre la cama entrecierro los ojos y te contemplo. Como extraída de una foto de Bill Brandt: sombras, luces altas, fragmentos de un cuerpo desnudo, sensualidad,… Te mueves sentada sobre mi cuerpo y me vuelves a interrogar con la mirada. Y cruzo tramposamente otra pregunta en el aire:

- ¿Por qué has hecho tú el amor conmigo?

Tu voz, tu gesto, tus ojos no ocultan que tan sólo el consuelo o el cariño hayan sido mi motivo. Pero no hay motivos secretos ni ocultos. Las palabras pesan y se atrancan para salir, indolentes ante la obviedad. Y entonces me gustaría hacerme sentir como un cuadro Cézanne o una composición de Debussy. Palabras, palabras, palabras: huid, escapad, corred, … Que esta habitación explote en el calor de nuestras caricias aún presentes, que suene a deseo y huela música, que estalle en colores y sientas, sí, sin palabras, porque he hecho el amor contigo.

miércoles, 1 de julio de 2009

Estiu amb gust de síndria.


Et recordo amb tast d’estiu: amb el gust de la sal a la pell, amb l’olor de platja i de crema bronzejadora; amb ulls de sol. Temps d’estiu, de finestres obertes i sales en penombra, de migdiades que ens arrosseguen un i altre cop als nostres cossos. Temps d’estiu: temps de síndria vermella, fresca, dolça, humida; temps d’un desig vermell, fresc, dolç, humit. Estiu: tardes de xafogor i esclafit de tempestes; jocs de platja i de llit; nits allargassades, de converses i passejades, plenes de projectes, estrelles, esperances i prometences. De racons descoberts, d’escletxes badades, de noms a la sorra. Temps de viatges i volts en cotxe, de riures, i d’amics i nens entremaliats. Assedegats d’amor i desig, ens recordo. I mentre esperes, i recordes i vols estiu, molt més estiu ( i potser penses en estius nous amb altres gust de síndria) ; i mentre, espero, i vull estiu, molt més estiu, recordo:

"Aleshores, quan jèiem
Abraçats davant la finestra
Oberta
al pendís d'oliveres (dues

Llavors nues dins un fruit que l'estiu
Ha badat violent, i que s'omple
D'aire) no teniem records. Erem
El record que tenim ara. Erem
Aquesta imatge. Els ídols de nosaltres,
Per la submisa fe de després."

domingo, 17 de mayo de 2009

Balizas.

La puerta está cerrada con doble vuelta. Al entrar, la perrita Lua no sale a recibirme y no hay ningún ruido de vida en la casa. En la puerta de la cocina aún está cruzado el palo de la fregona que he dejado esta mañana. Miro en las habitaciones por si J duerme con Lua en alguna de ellas. Por la ventana del dormitorio entra la luz tenúe de fuera. La tarde de primavera es casi estival y apetece pasear, y seguramente J ha salido. Ha estado sola todo el día. No le gusta pasar demasiado tiempo encerrada en casa, y aún menos cuando la temperatura suave, los aromas de primavera y la languidez de un domingo te esperan fuera. Caminará. Pensará en si cortar su relación conmigo, y realizará balances una y otra vez. Pérdidas y ganancias emocionales con tantas maneras de contarse que no podrá obtener un resultado veraz. La auditoría emocional siempre es un fracaso. Nos queda el instinto, la razón , o el frenesí del momento para decidir sobre nuestra vida junto a a otra persona.

Aunque puede haber ido a Girona. Otra vez tomó su carpeta con los apuntes de la oposición, su móvil y se marchó. “me voy a dar una vuelta”. Ambos sabíamos que no era así. Fue a la estación, consultó el horario de trenes, llamó durante un rato a su padre, a un amigo o una amiga, y me envío un sms en que me comunicaba que no pasaría la noche en casa, que se iba a Girona y que esperaba que yo me fuese a mi casa de Salou durante unos días. Finalmente esa noche no se fue y volvió a casa. El siguiente tren no salía hasta pasadas las 11 de la noche. Tal vez sus ganas de marchar no eran tantas, tal vez lo pensó, tal vez si que hubiera tomado un tren que pasase antes. Pero no lo hizo.

Sobre el mueble del comedor está su carpeta de apuntes; y veo el transportín de la perra al guardar la fregona en la terraza. No se ha ido. Su perra, su móvil, sus apuntes. Es su ligero y suficiente equipaje. La llamo. ¿para saber a qué hora vuelve? ¿para comprobar que no se ha ido? ¿por tender algún puente? (no nos hemos llamado ni escrito ningún sms en todas estas horas) ¿por debilidad, o fortaleza, o impaciencia, o por un amor o cariño que ahora me resisto a expresar? No lo sé. Escucho varios tonos hasta que la comunicación se corta. O lleva el teléfono en silencio (a menudo su móvil está en este modo) o ha decidido no atender la llamada al contemplar mi nombre en la pantalla (los móviles son delatores que nos facilitan o complican la vida. Muchas historias se escribirían de otra manera hace unos años, cuando no existían).

Cuando estoy en el lavabo suena el tono que reservo a las llamadas de J. Llego tarde, con los pantalones por los tobillos. Intento rellamar pero un aviso de línea ocupada hace vano mi intento. Unos segundos después un sms me confirma un nuevo mensaje en mi buzón de voz. 242. Una voz distante, fría. Y pienso que mejor así. Mejor un parte, un flash que el intento de entablar una conversación forzada. A veces hablar es como bajar una pista de esquí sin balizas en medio de la niebla. Has perdido las referencias, la seguridad en tus palabras, temes una palabra o un movimiento falso que te derrumbe, y te deslizas precavido, acuciante, sin conocer un terreno por el que has pasado tantas veces y que ahora te exige un esfuerzo para no caer, no perderte, y encontrar la pista que te lleve a la calidez, la seguridad y la tranquilidad.

viernes, 8 de mayo de 2009

Verdad


Otra cierta verdad se esconde
tras tu mirada de tierra:
una verdad tornasolada de mar.

Otra cierta verdad que no dice
palabras, sino que es de caricias
que se hacen y deshacen de tarde.

Otra verdad, que es de susurro
y baja voz, y rehuye de pizarras y libros
y se sabe en cada uno de los gestos.

Otra verdad que no es de aquí ni de ti ni de mi, 
sino de  rincones, sabores y aromas,
gemidos, visiones, colores.